LAS MOTOS DEL MAYOR NARCO DE LA HISTORIA: PABLO ESCOBAR
No hace mucho que se popularizó la serie sobre la vida del mayor capo del Cartel de Medellín, Pablo Escobar o conocido también como “El Patrón del Mal”. Su historia ya es conocida por muchísimas personas e incluso antes de crearse la serie “Narcos” que narraba la vida y los hechos protagonizados por ese narcotraficante.
Hoy hablaremos sobre su pasión por los vehículos de motor. Se conoce que no reparaba en gastos a la hora de adquirirlos y aunque algunos fueron recuperados, otros muchos no se obtuvieron registro alguno. Fue una fortuna lo que empleó en la compra de numerosos vehículos que iban desde motos hasta triciclos, quads, carts, buggies o exóticos automóviles. La moto más famosa de Pablo Escobar es una Harley-Davidson 1.100 cc de 1990 en color rojo. Se dice que la introdujo en Colombia de forma ilegal y posteriormente se la regaló a su primo Enrique Urquijo Gaviria. Dicha Harley cuenta con grabados en oro en el retrovisor, en la tapa del motor y también en el medidor del aceite. Por otra parte, sonunas tachuelas de plata las que decoran el sillín. Esta moto fue incautada por el Cuerpo Policial de Medellín y en la actualidad podemos verla expuesta en el sótano del Museo de la Policía en Bogotá.
Además de poseer la Harley-Davidson 1.100 cc, Pablo Escobar también poseía numerosas motos de la marca Honda de 500 cc y una Suzuki GSXR del año 1991 que venía con un kit de competición. Su hijo Juan Pablo Escobar, relata en su libro “Pablo Escobar, mi padre”, como a la edad de 11 años ya contaba con “cerca de 30 motos de alta velocidad, así como motocross, triciclos, cuatrimotos, carts, y buggies de las mejores marcas. También tenía 30 motos de agua”.
Otro dato curioso es que este narcotraficante del Cartel de Medellín, fue el dueño de la pista de motocross más grande construida en América Latina, donde se divertía con sus más allegados sobre su Yamaha Calimatic 175.
PABLO ESCOBAR UN AMANTE DE LA VELOCIDAD
Según testimonios de su primo Jaime Gaviria en el documental de Marc Beaufort, Pablo Escobar fue un apasionado de la velocidad y del vértigo. Practicaba tanto con los vehículos de cuatro, como con los de dos ruedas. Participó en competiciones de motor y acabó decantándose por las carreras de coches tras realizar un curso de pilotaje.
En su mansión de El Poblado, este capo guardaba varias motos Honda como hemos mencionado anteriormente, junto con un Rambler de color negro de 1902 y un Ford de 1928. Una de las historias más conocidas es que le compró a Al Capone su coche, un Cadillac de la década de los 30.
En la Hacienda Nápoles, lo que es actualmente el Museo Casa Pablo Escobar, hay dos museos de coches. Uno de ellos es una lujosa colección de coches, reflejo de su ostentación y liderazgo en el mundo. La otra colección la componen solo chatarra y la historia que hay detrás de cada uno.
Uno de los coches que podemos ver en el Museo es un Renault 4 blanco con el que realizó sus primeros viajes ilícitos a Ecuador. Con este mismo coche disputó en el año 79 la Copa Renault 4 en Bogotá. Él participó con su propia escudería de vehículos preparados y tras una hora y 20 minutos de carrera, quedó en quinta posición y fue el más rápido de su equipo. También participó en la prueba “Trepadores a las Palmas” en Medellín con un Porsche 395.
LAS MOTOS DE OTROS NARCOS HISTÓRICOS
Nos trasladamos más al presente y ponemos el foco en el país de México donde Joaquín “El Chapo” Guzmán no solamente era poseedor o lo es de una flota de autos de colección, sino que también protagonizó una de las fugas más conocidas de la historia. El Chapo escapó de la cárcel de máxima seguridad, “El Altiplano” a través de un túnel a lomos de una moto.
Así fue como recorrió 1500 metros de camino que lo llevarían directo a la libertad pilotando una Italika FC125. Dicha moto fue modificada para que pudiera transportarlo como si él fuera un carro de minero por el túnel.
En el mismo país pero muchos años antes, el fundador del Cartel de Guadalajara Miguel Ángel Félix Gallardo también era un apasionado de las motocicletas. Conocido como “el jefe de jefes”, tenía como favorita una Honda Goldwing con la que solía pasear por las calles de Culiacán en Sinaloa. Su socio Rafael Caro Quintero, también compartía el mismo gusto por las motos.