Antes de ponerte manos a la obra, planea y organiza la tarea. Lo primero es tener claro el lugar donde vas a limpiarla. Si tienes un patio o recinto cerrado donde lavarla a mano, siéntete afortunado, porque a pesar de que te parezca un mundo, el trabajo es más efectivo y el resultado merece la pena.
Si, por contra, estás falto de espacio o de tiempo, siempre queda la opción de limpiarla en un lavadero con agua a presión. No obstante, si bien el proceso es más rápido y puede parecerte más sencillo, lo cierto y verdad es que la presión del agua, a la larga, puede acabar perjudicando a tu máquina.
Y es que al igual que tiene poder para desincrustar la suciedad, la fuerza del agua también cuenta con la capacidad de estropear la pintura si se lanza demasiado cerca de la moto, e incluso puede despegar adhesivos o entrar por huecos estropeando zonas lubricadas.
Elijas la opción que elijas, eso sí, opta por un sitio a la sombra, ya que si permaneces donde pega el sol, además de ser mayor incomodidad para ti, la motocicleta se secará antes de tiempo, dejando las antiestéticas marcas de jabón, que incluso terminarán por afectar a la superficie de la moto.
Si escoges el lavado a mano y tienes decidido el lugar, piensa en los materiales y productos que vas a necesitar para dejarla como los chorros del oro y asegúrate de dejarlos todos a mano para no perder tiempo:
Una vez tenemos claro los elementos necesarios, te contamos los pasos que hay que seguir para un lavado a fondo de tu moto:
1- En principio, asegúrate de que la llave esté fuera del contacto. También es recomendable dejar la motocicleta enfriar para evitar posibles quemaduras al manipular zonas demasiado calientes. Así, por ejemplo, podrás taponar sin peligro alguno el tubo de escape. Puedes colocar en la salida una bolsa de plástico o film transparente a modo de tapadera, cerrándolo con una gomilla, o bien hacerte con un tapón de goma a medida o adaptable.
2- Es importante la estabilidad de la moto. Si tienes caballete para sostenerla, mucho mejor, así será más accesible también para limpiarla por ambos lados.
3- Esponja en mano, comienza el proceso de lavado por las zonas que acumulan mayor suciedad: cadena, llantas, basculante, horquillas, amortiguador, motor, disco de frenos… A ser posible, utiliza un limpia frenos mejor que un desengrasante, para retirar la porquería con menor esfuerzo. Puede que te cueste un poco más, pero merece la pena, porque será mucho menos agresivo con la pintura y será más fácil quitarlo. Pulveriza en todos los puntos clave y deja actuar entre 7 y 10 minutos. Puedes usar un desengrasante doméstico, pero no es lo más recomendable.
4- Lo siguiente será preparar los cubos de agua y el jabón e ir repasando con el cepillo las zonas más sucias. Si hace mucho que no limpias tu moto, lo más probable es que tengas que usar más desengrasante.
5- Una vez terminadas las zonas difíciles, toca aclarar con agua limpia. Sé generoso, pero mucho ojo con las partes más delicadas: panel de instrumentos, entrada de admisión, piñas de luces, manetas, las zonas engrasadas… Te ayudará el sentido común: pueden caerles algo de agua, pero intenta no sumergirlas.
7- Con la moto completamente enjabonada, toca el aclarado final. Se trata de un aclarado a conciencia, sin dejar ningún rastro de jabón, ya que podrían acabar dañando tanto el carenado como el plástico.