Vas por carretera a lomos de tu moto y el gesto te sale por instinto al cruzarte con un compañero motorista. Estirar el brazo izquierdo, cerrar el puño y levantar los dedos índice y corazón. Sin duda, te devolverán al saludo de manera instantánea, porque la 'V' forma parte ya de un idioma universal entre los camaradas moteros.
Si hay algo que distingue a los moteros de verdad es su espíritu de comunidad y camaradería. Pocos gremios cuentan con tal sentimiento de hermandad y compañerismo. Son diferentes, como hechos de otra pasta. Y este gesto que pueda parecer simple guarda el reconocimiento a todo un estilo de vida.
El saludo motero en 'V' es un símbolo, convertido en tradición, que no necesita ser traducido ni interpretado, ni entiende de países, razas o modelos de moto. El respeto al compañero va siempre por delante.
El origen de este saludo motero, eso sí, no está del todo claro. Su nacimiento es anónimo, a pesar de los personajes públicos que han contribuido a su popularidad.
En principio, parece un hecho que fue el piloto profesional Barry Sheene (1950-2003), dos veces campeón del mundo de 500 cc, quien lo popularizó en los 70, haciéndolo cada vez que cruzaba la meta como vencedor.
Era un piloto muy mediático. No en vano, fue el primero en personalizar su casco, eligiendo como motivo nada menos que al Pato Donald, en lucir su propio número personalizado, sin nada que ver con la posición obtenida, y también el primero en vestir monos de colores en detrimiento del tradicional negro.
Sheen siempre estaba en el candelero. Era una época de mucho éxito para él, de modo que aquel gesto de victoria fue calando entre los aficionados moteros. El británico no fue ni mucho menos el inventor del gesto, pero sí consiguió que sobrepasara la barrera de los circuitos y se hiciera famoso en el mundo de las motos.
Al margen de Barry Sheen, la historia dice mucho más de este signo en forma de V. Han sido descubiertos mosaicos y pinturas con la figura del propio Jesús realizando el gesto, pero las primeras referencias claras las tenemos en la Guerra de los Cien Años.
En 1415, durante la batalla de Agincour, a pesar de que los ingleses se encontraban en situación de inferioridad frente al ejército francés, contaban con el rey Enrique V como genial estratega. Éste colocó a sus arqueros a los flancos del ejército francés, que cayó fulminado.
Desde entonces, cada vez que un soldado francés capturaba a uno inglés cuentan que les cortaban los dedos índice y corazón para que no pudieran usar el arco ni empuñar una espada. Los franceses intimidaban a los ingleses mostrando los dedos en forma de V y los ingleses, por su parte, les provocaban realizando el mismo gesto.
Pero el símbolo de la 'V' llegó al mundo de las dos ruedas en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) de la mano de los soldados ingleses. En aquella época de inestabilidad y con las comunicaciones prácticamente bloqueadas, los mensajeros del ejército inglés viajaban en moto o sidecar en condiciones muy duras.
Durante la misión corrían el peligro de ser alcanzados por los bombarderos, de ahí que, para darse valor, hicieran una V con sus dedos cuando se cruzaban en el camino, conscientes de que podría ser la última persona a la que iban a saludar en su vida.
Era una época de convulsión e incluso el primer ministro británico Winston Churchill adoptó el gesto para reivindicar la resistencia del Reino Unido ante Alemania, utilizándolo en todas sus comparecencias públicas en señal de victoria.
Hay quien dice que Barry Sheen tomó como propio aquel gesto de Churchill, pero lo que queda claro es que la figura del piloto británico sirvió para rescatar el auténtico valor del saludo motero y extender su uso por todo el mundo.
A día de hoy, el saludo con los dedos en 'V' es un legado que los buenos moteros se esfuerzan por mantener vivo por todo lo que significa: fraternidad, apoyo, compañerismo, unión y cordialidad. Donde haya una moto, ten por seguro que allí tendrás un amigo.