¿Te tiemblan las piernas cuando se acerca el momento de pasar la ITV con tu moto? Déjanos decirte que no eres el único. Superar las pruebas de la inspección obligatoria es una de las cuestiones que más preocupan a los moteros, por eso hoy nos hemos propuesto echarte un cable en el tema.
La Inspección Técnica de Vehículos suele ser un mal trago, en general, para todos los conductores, a pesar de que la finalidad sea que los vehículos cumplan unas condiciones mínimas de seguridad para circular en territorio español. Son inevitables los nervios y la incertidumbre, pero hay una serie de consejos básicos que puedes seguir para no verte sorprendido por un resultado negativo.
La primera vez que una moto está llamada a pasar de forma obligatoria por la ITV viene a los 4 años desde su primera matriculación -que no de su fecha de compra-, tal y como sucede con los automóviles. También siguen la misma norma los vehículos ligeros de tres ruedas, cuadriciclos y quads, pero no los ciclomotores, que están citados a los 3 años de ser matriculados por primera vez. A partir de ahí, las visitas a la ITV de todos y cada uno serán cada dos años, independientemente de la antigüedad del vehículo.
Tanto la ficha técnica o tarjeta ITV como el permiso de circulación te serán requeridos en tu centro de inspección más cercano, donde tendrás que solicitar con antelación una cita previa (por Internet o vía telefónica), considerando que cuentas con 30 días para hacerlo antes de que caduque. Además, es recomendable que acudas a la cita con tu DNI, así como con el recibo del seguro de la motocicleta en vigor.
Si tienes mala memoria para retener las fechas, ten en cuenta que en el adhesivo que te entregarán una vez haya superado de forma favorable la ITV quedará reflejado en qué mes y qué año tendrás que pasar la siguiente inspección.
Al llegar a la estación de ITV, y previamente a las pruebas, deberás abonar la tasa correspondiente a la cilindrada de tu moto, que actualmente se sitúa entre los 13 y los 43 euros, dependiendo, además, de la comunidad autónoma donde vaya a realizarse la inspección.
Lo primero que comprobarán los técnicos será la identificación de la moto. Toda vez comprueben que los números se leen correctamente, cotejarán la matrícula de tu motocicleta y el número de bastidor con los que aparecen en la ficha técnica y con los datos que tiene Tráfico, trámite dirigido a comprobar que la moto no responde a una moto robada y que circula sin ninguna anomalía.
Una vez cotejados los datos, la inspección se centrará en los diversos aspectos técnicos, empezando por el sistema de alumbrado delantero y trasero (luces de posición, cruce, freno, de matrícula, intermitentes...), la suspensión, los frenos, el carenado (fijado y en buen estado), así como el estado visual del motor, vigilando que no existan fugas de aceite ni gasolina, o ruidos inadecuados durante su funcionamiento.
Otro de los puntos claves de la inspección está en las ruedas, más concretamente en el óptimo estado de los neumáticos y la adecuada profundidad de su banda de rodadura, principal indicativo del desgaste de las gomas. Éstas han de tener el dibujo dentro de los márgenes legales (1,6 mm de mínimo) y coincidir con la ficha técnica.
Los técnicos también tendrán en cuenta que la estructura de la moto no presenta daños importantes y sus diferentes elementos cumplen con su función de forma correcta: manetas, espejos retrovisores, asiento, guardabarros, asideras para pasajero, pata de cabra, además del manillar, que ha de bloquearse como medida antirrobo. Sobra decir que, por descontado, todo tiene que estar homologado.
Por último, especialmente si tu moto tiene ya sus añitos, los técnicos prestarán mayor atención a la prueba de emisión de gases contaminantes y el test de emisión de ruidos, cuya normativa cada vez es más exigente y restrictiva.
En el caso de los ciclomotores se hace además una doble comprobación más: que el vehículo no supera el límite de los 45 km/h, y que el escape sea original y esté homologado.
Con todo, si tienes dudas respecto al estado general de tu moto, antes de pasar la inspección, lo más indicado es llevarla a un mecánico o taller de confianza para realizarle una revisión pre-ITV.
Una vez finalizadas las pruebas en la estación, puede haber distintos resultados:
- Favorable: Todo correcto.
- Favorable con defectos leves: Tendrás que corregir los fallos detectadors en la inspección y hayan sido reflejados en la tarjeta ITV, aunque no tendrás que volver a la estación.
- Desfavorable con defectos graves: Cuando se han encontrado elementos en mal estado que no aseguran la circulación con un mínimo de seguridad. Sobre el papel tenemos dos meses para subsanarlos, aunque hay que recalcar que sólo se permite conducir la moto entre el taller y el centro de inspección. Dependiendo de la comunidad autónoma, puedes evitar abonar nuevamente la tasa de inspección si lo arreglas y llevas dentro de un plazo determinado de tiempo.