¿Te gustan las motos clásicas? Para mucha gente son su pasión, pero sin embargo suele ocurrir a menudo que son motocicletas de gran cilindrada que alguien sin el carnet adecuado no puede aspirar a conducir. Por otra parte, también existe el problema del precio. Hoy en día, nos encontramos multitud de talleres especializados en motocicletas Café Racer. Muchos de ellos optan por modelos de gran cilindrada que se salen del presupuesto de los consumidores. Por ello, y desde hace algunos años, cada vez es más frecuente que moteros construyan su propia Café Racer eligiendo una buena moto de base.
Como algunos ya sabréis, la popularización de este tipo de motos se inició en la década de los años 50 del siglo pasado, cuando algunos motoristas seguidores de la cultura rockabilly, comenzaron a realizar cambios en sus vehículos adaptándolos así a aquella corriente cultural. Lo más corriente era realizar modificaciones en el chasis y en los tubos de escape o incluso en los cojines. La idea principal era eliminar todo lo que pareciera innecesario para poder ganar agilidad. El origen el nombre viene de los cafés en los que los moteros pasaban el tiempo. Y en algún momento, comenzaron a realizar carreras entre café y café dando de este modo nombre a este tipo de moto.
Hoy queremos adentraros un poco en este mundo aportando algunos consejos que hemos ido recabando por la red. Así pues, podemos empezar por deciros que algo muy importante antes de enfrentarse a un proyecto de esta magnitud, puede ser ponerse en manos de un profesional. Éste, nos va a ayudar a poner claridad en nuestras ideas y ganar seguridad a la hora de comenzar nuestro proyecto. Si eliges esta vía, esa persona cualificada va a indagar sobre tus gustos, va a averiguar para qué quieres utilizar la moto o incluso, qué es lo que esperas de ella.
Pero si por el contrario eres un manitas que posee conocimientos y sobre todo sabe cómo funciona una moto y elijes hacerte cargo de todo el proceso, debes ser consciente de que construir una Café Racer no es tarea fácil y por ende, es aconsejable planear bien los objetivos para poder cumplirlos eficazmente.
Por tanto, creemos que tener una lista con las cosas importantes es lo más sensato. Podemos empezar por hacer una aproximación del presupuesto del que vas a disponer. Para definirlo tienes que tener en cuenta la propia moto, si tienes que adquirirla o si ya la posees, valorar su estado. Pensar en las partes que vas a necesitar y los servicios que vas a tener que hacerle (pintura, chapa, motor…). No hay que olvidar que homologar esos cambios que has realizado te va a costar entre unos 400-600€ aproximadamente.
Lo siguiente en tu lista será elegir una base si es que no tienes ya una moto. Puedes ver motos Café Racer en la infinidad de páginas web que existen en la red. Tienes que tener claro el uso que le vas a dar para no quedarte corto o corta, ni pasarte en la cilindrada. Si disponemos de poco presupuesto, lo mejor es que gastes lo menos posible en la base, sino se comerá todo el dinero y no tendrás suficiente para transformarla.
Algunas de las motos que más se usan como base son la Yamaha SR250, la Honda CB750 Seven Fifty, la BMW K100, BMW R100 y la Triumph Bonneville. Obviamente, existen otras muchas bases con mucho potencial dentro de las firmas Honda, Yamaha, Suzuki o Harley-Davidson.
Una vez que ya tienes elegida la base, es momento de pensar en lo que quieres conseguir para comprar unas u otras piezas. Es probable que durante el proceso cambies de idea o te surjan problemas y al final no quede como te planteaste al principio. Algo que ayuda muchísimo es tener un boceto del resultado final de la moto, bien en papel o un render en 3D. Esto te va a ayudar a visualizar el conjunto de lo que será tu moto Café Racer.
Con la base delante y el objetivo final en papel, damos a paso a lo que puede ser lo más entretenido del proyecto: desmontar todo lo innecesario. Está de más decir que tenéis que documentaros bien para saber qué vais a desmontar y de donde lo desmontáis. Ojo con el cableado. Por otro lado, os sugerimos que uséis bandejas o bolsas para etiquetar las piezas o incluso fotografiar la ubicación exacta de cada una. A partir de aquí, lo que le sigue es la tarea de comprobar, guardar y comprar nuevas piezas para conseguir el resultado deseado.
A todos aquellos valientes que logren montar su Café Racer y tras una vuelta de verificación, vuelvan a desmontar, pintar y volver a montar (sí, esta es otra recomendación de los profesionales), les deseamos de todo corazón que disfruten conduciendo aquello que han creado con sus propias manos.