¿Creías que lo habías visto todo? Nosotros desde luego no dejamos de sorprendernos. Cuando menos te lo esperas aparece un artesano para poner todo el panorama motero patas arriba. Hablamos de Pavel Malanik, un checoslovaco que trabaja, crea y esculpe cada vehículo a su gusto. En este caso a su nueva creación la ha bautizado con el nombre de “JAP V8”, y como no podría ser de otra manera, su motor está hecho con sus propias manos. JAP no es un nombre elegido al azar, como puedes imaginar: es el acrónimo de John Alfred Prestwitch, un fabricante de motos inglés del siglo pasado. A principios del siglo XX, JAP fabricaba motocicletas en Inglaterra. Al cabo de unos años, la marca se concentró en el desarrollo y producción exclusivamente de motores. Llegó en las décadas de 1920 y 1930, a ser uno de los mayores fabricantes de propulsores del viejo continente. En aquellos años, muchos fabricantes de motocicletas contemporáneas equipaban motores JAP. Pero la fábrica también tenía motores mucho más grandes en su gama de productos. Un término muy habitual también para referirse a los aviones.
Hasta ahora Malanik había tenido proyectos mucho menos ambiciosos, ya que hasta entonces dedicaba su tiempo a modelar motos clásicas. Pero parece que tanto esfuerzo por fin ha dado sus frutos, después de tantos contratiempos. Por desgracia para Pavel encontrar el motor adecuado fue toda una odisea, ya que actualmente no se encuentra en funcionamiento, y es lógico porque su fecha de uso ronda el año 1910.
Finalmente encontró un ejemplar, el cual se encontraba en el Museo de la Ciencia de Londres. La dirección del museo le concedió un tiempo con dicho motor, y Malanik estuvo midiendo y fotografiando el artefacto con sumo cuidado y dedicación para poder llevar a cabo una réplica exacta de la pieza.
Después de reunir toda la información necesaria, no fue hasta 2017 cuando pudo ponerse manos a la obra en su taller. La dificultad radicaba en que no solo tenía que crear un motor desde cero, sino también poder añadirlo al chasis de una moto y que fuese funcional.
Por suerte, en este proyecto no estaba solo y contaba con la ayuda de amigos que le facilitaron una máquina CNC de cinco ejes para poder elaborar sus propias piezas. Una de las partes más destacadas de este motor es el tren de válvulas OHV, sin tapa y con los balancines al descubierto para ver su funcionamiento.
Al final lo consiguieron, el resultado de tanto esfuerzo fue un motor V8 de 4.400 cc y un pico de potencia de 1.300 rpm a unos 50 CV, con un par máximo de 250 Nm a 1.000 rpm. Para poder frenar la moto tiene dos rudimentarias palancas de freno en el pie, una a cada lado, ya que la rueda delantera no tiene freno.
La parte ciclo no goza de menos originalidad, el conjunto está montado sobre un chasis de acero tubular diseñado y fabricado por él mismo, soldado en latón. Se complementa con una horquilla modificada a partir de un modelo actual, sin nada en la parte trasera. El conjunto se completa con unas llantas de 26 pulgadas y 40 radios, con una distancia entre ejes de 1.720 mm y 2,40 metros totales de moto.
Una de las desventajas es su complicado manejo, quien sea capaz de montarla debe tener anchas y fuertes espaldas para poder hacerse con ella. El manillar está muy cerca del sillín y la postura no es la más adecuada si uno quiere relajarse disfrutando del paseo.
Además, no es un vehículo ligero, su peso oscila los 260 kilos, con un depósito de 6 litros que puede recorrer 80 km. Viajar tampoco es fácil, porque requiere lubricar 90 puntos del tren de válvulas del motor V8 manualmente, y necesita un motor auxiliar para poder arrancar.
El proyecto fue presentado en el Bohemian Custom Motorcycles Show de Praga, donde consiguió el prestigioso premio Best of Show en el primer evento que pisaba. Su detallada estética recuerda a una de las épicas motocicletas de la primera década del siglo XX y seguramente eso fue lo que la hizo destacar muy por encima del resto.
Con esta creación el nivel del concurso queda muy alto, o… ¿Crees que aún pueden sorprendernos más?