Un ser humano admirable, espléndido, extraordinario e incluso excéntrico, así es como lo definen la mayoría de admiradores, pero sin duda fue una persona que marcó una época, un icono irrepetible que aún a día de hoy sigue siendo una tendencia.
Pero para contar su historia lo mejor es empezar desde el principio.
Aunque conocido como Indian Larry su nombre real fue Lawrence Desmedt y nació en 1949 en la ciudad de las luces, Cornwall-on-Hudson (Nueva York). Su ya mítico apodo proviene de cuando customizó una Indian de los 80 la cual fue publicada en Iron Horse Magazine, una famosa y prestigiosa revista de motociclismo.
Su historia comienza cuando compro por 200 dólares una Harley Knucklehead, ahí nació la afición que le llevaría a la cima, tras desmontarla él mismo reconoció que tardó hasta nueve meses en volver a dejarla tal y como estaba. Una persona con muchas inquietudes y que destacaba sobre el resto. Su talento no dejaba indiferente a nadie y tras una infancia bastante turbulenta, decidió crear un explosivo para usarlo en su odiado colegio. La leyenda afirma que fue así como perdió uno de sus dedos.
A pesar de ser un niño bastante revoltoso disfrutaba de sus hermanas y tras hacerse con el triciclo de su hermana Tina, llevó a cabo su primera preparación. Ésta consistía en añadirle un manillar de bicicleta y el motor del cortacésped de su padre.
Tras irse a California siendo ya un poco más mayor, sucumbió en las drogas de la mano de su hermana, la cual estaba metida en los movimientos sociales de la época. Diana, que así se llamaba su otra hermana murió asesinada y eso le dejó devastado haciendo que se hundiese cada vez más en el mundo de las adicciones.
Ya con 23 años su vida se tornó bastante conflictiva y para mantener su adicción a los estupefacientes se dedicaba principalmente a robar. Tras ser capturado una vez llevado a cabo un atraco casi pierde la vida al ser objetivo de una de las balas de la policía.
Dicen que no hay mal que por bien no venga, y al ingresar en la prisión de Sing Sing, se apuntó a un curso de soldadura y mecánica.
En 1976 regresó a su ciudad natal donde entró de lleno en la escena underground del momento, incluso codeándose con gente como Andy Warhol. Fue así como su vida a pesar de seguir entre el alcohol y las drogas dio un giro hacia el motor, donde iba arreglando motores y haciendo preparaciones.
Su talento le lleva en 1990 a fundar con otros socios un negocio, que más tarde se encargaría plenamente Larry apodándolo como Indian Larry Enterprises. Larry era conocido por hacer sus creaciones sin seguir ningún proyecto o patrón, iba inspirándose en el momento de la creación. Su estilo tenía identidad propia, incluía manillar cuelga-monos, ausencia de freno y guardabarros delantero, arranque a patada, depósito de gasolina pequeño y alto, bastidores rígidos y motores Harley-Davidson «Panhead».
Su máximo éxito llegó a través de los programas televisivos donde se popularizaron sus míticas acrobacias, acrobacias que por desgracia le llevaron a la muerte. En 2004 con 55 años la moto falló y tuvo una caída con consecuencias terribles para su salud, graves lesiones cerebrales al no llevar casco ocasionaron su defunción.
Se fue una persona única, pero dejando un legado enorme, con creaciones de reconocimiento internacional como «Grease Monkey», «Rat Fink» (un homenaje a Ed «Big Daddy» Roth), «MR Tiki» y las legendarias «Wild Child» y «Chain of Mistery».
En sus creaciones tuvo diferentes influencias pero destacan las del dibujante Ed Roth, artista imprescindible en el movimiento Custom Culture. Larry era especialmente detallista y meticuloso, un orfebre de la mecánica, un escultor del metal y un artista con la pistola de pintura que aún nadie ha podido superar. Sus creaciones eran especiales, no mostraban cable alguno ni existía ningún sobrante. Era prácticamente el amo de las Choppers, desplegando llantas delanteras de 21 pulgadas sin freno alguno, usaba motores bicilíndricos muy desgastados, que él arreglaba, pero otros habían dado por muertos.
Actualmente hay dos libros escritos sobre Indian Larry, “Chopper Shaman” e “Indian Larry”, pero su legado no acaba ahí. Sus socios y también amigos Bobby y Elisa Seeger continuaron su sueño, creando una tienda de motocicletas personalizadas y prendas de vestir.
Larry no concebía las motos si no era para disfrutarlas en entornos naturales, principalmente para las rutas. Construía motos y las revivía para que fueran montadas y hacer kilómetros con ellas. Guiado por los métodos de la vieja escuela, no utilizaba ningún tipo de máquina programada.
Fue una persona única, que también llamaba la atención por su apariencia ya que la mayoría de su cuerpo estaba repleto de tatuajes. Destacando especialmente el que tenía en el cuello, donde se podía leer: “En Dios confiamos, la venganza es mía dice el señor sin miedo”. Lo curioso de este tatuaje es que las líneas del medio estaban plasmadas en su piel al revés, para que él mismo pudiera leerlas cuando se miraba al espejo.
Larry fue un ganador en todo lo que se proponía, ganando tres veces el Biker Build-Off, aunque el segundo trofeo fue cortado por la mitad ya que Larry se empeñó en que realmente había sido un empate entre él y su oponente Billy Lane.
Lamentándolo mucho, fue en su cuarto Biker Build-Off cuando perdió la vida, muriendo él como persona, pero naciendo una nueva leyenda para el mundo biker.
Larry no se fue sin dejarnos antes frases que han pasado a la historia, como:
- Cuatro ruedas mueven el cuerpo. Dos ruedas mueven el alma.
- Quema goma, no tu alma.
- Requiere más amor compartir la montura que compartir la cama.
- La única vista buena de una tormenta es desde el retrovisor.
- Conducir más rápido que el resto, solo te garantiza viajar solo
- Un buen mecánico te dejará mirar sin cobrarte por ello.
A continuación y para despedirnos, os dejamos unas maravillosas imágenes de sus legendarias creaciones que sin duda os dejarán alucinados:
Grease Monkey (1996)
Daddy O (2003)
Rolex (2003)
Wild Child (2003)
Mr. Tiki's Shop Droppings (2004)
Chain of Mystery (2004)